Recibí un correo muy querido desde Argentina con
el debut poético de SILVIA ARAZI. "La Medianera" (2013,
Interzona) es su primer libro de poemas tras relatos y novelas premiados y
divulgados internacionalmente, con el hito particular de "La Maestra de Canto" que fue llevada al cine el pasado
año.
Con el llamativo subtítulo de "Una novelita haiku", el
poemario combina recursos narrativos, como son los diferentes personajes y sus
diálogos, con un progresivo liricismo según la trama -evanescente- va
conduciendo a mundos oníricos e irracionales. Claudine, "enferma de esperas inútiles", pasiva, existencialmente
aburrida, es contemplada por su vecina a través de una pared medianera entre
patios hasta que este muro deviene espejo de Alicia y los dos personajes se
confunden.
Muchos son los temas apuntados en estos poemas
de versos breves con algo de cinematográfico -cámara con filtro ahumado, volutas
de algún opiáceo- y pictórico. Destaca el uso original de colores como el
blanco, que se carga de valores negativos, y un sugerente toque experimental -es
cine de autor- sin estridencias. Su personajes, situados "afuera del afuera", "niñas
viejas", se vuelven leves, ingrávidos, en su fuga final hacia la
locura tras no hacer nada por alcanzar unos velados paraísos que apenas atisban
en la distancia: "soñando con /
diamantes irisados // ocultos / en profundas cavernas / sin acceso".
En cuanto a referentes literarios, "La Medianera" cita explícitamente
a Clarice Lispector -ecos de "La
Pasión Según G.H."-, pero también podemos remitirnos a Virginia Woolf y
a la española Mercè Rodoreda con las que comparte escritura de resonancias
musicales -música de cámara- y repertorio de personajes femeninos aislados del
mundo exterior.
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