Nada sucede realmente fuera de tu cabeza.
Para eso no la saques. Está mejor guardada.
Lleva el melón en equilibrio.
Aunque es posible que explote si le pones empeño.
Situarse en la trayectoria de una porra lo pone fácil.
No es tan descabellado aunque uses protección.
Hay lugares donde partir melones es lo más común.
Hay lugares en el mundo donde no puedes esconder la cabeza bajo el ala.
Andas por la calle basculando el melón y alguien de un golpe te lo raja.
En Ucrania hay que agacharse porque las balas te vuelan la cabeza.
El mundo de afuera es tan letal en esos lugares que parece mentira.
No te cabe en la cabeza. La tienes en otra cosa.
Conservas el coco refrigerado. Bien lejos del Congo.
El coco tiene una cáscara aparentemente dura.
Alguien con un machete lo abre y sanseacabó.
Aquí igual resbalas a lo tonto y te lo cargas.
Aunque la tendencia es que estas cosas no sucedan.
En Sudán suceden cosas que ni se te pasarían por la cabeza.
Son injusticias ajenas. Tú la tienes bien puesta.
Aquí no es tan complicado. Y tú estás bien de la olla.
Pero igual te colocas el casco por si caso. Por si te caes, más que nada.
Aquí no hay balas silbando. Aquí las cabezas van a su bola.
Lo de Venezuela no te afecta mientras no toquen la tuya.
En Venezuela abundan los disparos pero a ti te rebotan.
Pero ten cuidado si vas allí y te alcanza una bala perdida.
En Ucrania te revienta el melón una bomba como si nada.
Mejor no levantar el cuello en las cunetas del Congo.
En Irán te cuelgan de una soga si no cubres tu cabeza.
Aquí no vas a exponerte y perderte o perderla.
A ti te gusta llamarla melón o melona.
Te suena mejor que coco, o quizás prefieres cocorota.
En este mundo loco de dentro y afuera.
--un poema de Tive Martínez, 2024
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