Los cerdos en Cerdilandia viven contentos.
No tienen que trabajar como los chinos.
Retozan en la basura como cochinos.
Los cerdos en Cerdilandia, en su elemento.
Los cerdos en Cerdilandia viven felices.
Hurgando en la porquería traen al mundo
a cientos de cochinillos, todos inmundos.
Los cerdos en Cerdilandia comen perdices.
Los cerdos en Cerdilandia comen de todo.
Chuletas, pernil y lomo, todo está bueno;
después se lo hacen encima, nadan en cieno.
Los cerdos en Cerdilandia, hasta los codos.
Los cerdos en Cerdilandia nunca se duchan.
Prefieren, a la gimnasia, darle al hocico.
Por más puerco que uno sea, se nace rico.
Los cerdos en Cerdilandia, cerditos-hucha.
Los cerdos en Cerdilandia saben idiomas.
Son dulces y cariñosos, buenos amantes.
Lo mismo les van las rosas que los diamantes.
Los cerdos en Cerdilandia: no te los comas.
--un poema de Tive Martínez, 2019
(cerdo con alas tomado de la Red)
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