HOLA HOLA
Los
poetas son gente de lo más vacía que conozco
es
el tipo de pensamiento venido de algún lugar para darme por detrás
en el cerebro, los putos elfos lanzabolas de nieve.
Tengo
humedad en los sobacos porque me he tirado toda
la
mañana sola en el sofá, pensando en hilos
de
palabras como perlas, en lo mucho que quisiera besar
cada
clavícula del mundo.
En
cuánto te echo de menos.
No
puedo recordar la última vez que vi un pájaro o
que me
masturbé, y ahora la mañana ha pasado y yo todavía estoy
en
el sofá, con la tripa llena de pasta, mis luces de Navidad encendidas y
el
corazón tan firme que lo puedo sentir en mi clítoris, esa lengua
de
colibrí donde mis muslos se juntan.
¿Qué
estás haciendo y por qué no soy yo?
Estoy
intentando ser otra persona.
Estoy
intentando sonreir más.
Estoy
intentando dejar de intentar.
Estoy
intentando derribar la puerta y construir un parque de algodón,
gemir
más, inventar oraciones
que
entren como cuentas
de
rosario, píldoras sagradas en cadena.
Quiero
atragantarme con algo bello
y
luego escupirlo de vuelta
en
la boca de extraños en la calle
para
poder sentirme una buena ciudadana en mi comunidad.
Me
pregunto si tendré una enfermedad.
No
me preocupa tener una enfermedad.
Esto
soy yo en domingo.
Hola
hola soy una persona en el mundo y te amo.
Hola
hola solo sé decir tonterías sobre la guerra excepto
que
amo que millones de ti hayan muerto dentro de mí.
¿A
dónde va todo ese esperma?
es
una pregunta que me hago muy en serio, mi vagina
tiene
las paredes como un cementerio,
excepto
que nunca es triste. Este es el primer poema feliz
que
escribo sobre la muerte, y no entiendo
mucho
de cuentas bancarias o de refrigeradoras,
pero
tengo de las dos y eso me basta por hoy.
-- Sarah Certa nació en Alemania y vive en Minnesota. Poeta y consejera espiritual.
-- Traducción española de Tive Martínez, 2016
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