Clark Kent, ese hombre normal
con gafas,
sabe que fuimos enviados por nuestros padres
a sobrevivir como
alienígenas en un planeta hostil.
Que estamos todos
irremediablemente solos,
que el mundo desaparecerá con
nuestra muerte,
pero también que hay
algo más allá de las apariencias.
Que merecemos sobrevivir para
que el mundo permanezca,
que del sol proviene
nuestra humanidad,
que de la soledad extraemos nuestra fuerza.
Que incluso el corazón más
frío retiene fragmentos,
prismas vestigiales de una vida mejor más luminosa
que, a su través, rememoramos.
© Tive Martínez, 2013 (ilustración de Frank Miller)
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