(a Roser Llop)
Tenía los pies
helados
por no haberme
puesto
los calcetines gordos esta
mañana.
Ya me estaba
temiendo lo peor,
cuando me llamaste al móvil,
hablamos, y fue colgar y
olvidarme
por completo
del frío.
Me daba igual
congelarme;
nos queremos,
y eso
es lo más
importante de todo.
¿Tú te puedes
creer que baste
con
un beso por teléfono
para alterar la percepción
térmica?
¿Me hiciste
reiki, o algo?
—nosotros, que
no creemos en eso.
Qué fuerte me
parece,
lo mal que
estaba y lo fácil
que
ha sido arreglarlo.
© José María Martínez / Tive
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