-- una traducción de José María Martínez / Tive, 2015
AGUJEROS
Si miro en tus ojos azules el tiempo suficiente y si me empeño lo suficiente, ¿se despegará algo del color de tus iris y flotará en el espacio a la velocidad suficiente para no perderse en un cambio del viento, y poder posarse amablemente en las húmedas colinas marrones de mis ojos, para yo comenzar a parecer un poco más tranquila y sentirme un poco más ligera? Entonces dentro de veinte años la gente me preguntará, ¿Cómo lograste que el color del cielo habitara en los agujeros de tu cabeza cuando el resto de ti es tan oscuro? y yo podré mirarles y decir, Amé demasiado a otro ser humano y esto es lo que él me entregó a cambio.
RAÍCES TIERNAS Y BARRO
Traga mi nombre para poder meterme dentro de ti y recuperarlo. Murmura tres notas mientras lo hago. Muerde entonces y apodérate de dos partes de mi. Yo acaricio el fondo de tu cuello con las yemas de mis dedos suaves y tú relajas la mandíbula tranquilamente. Me libero y desando dos pasos, marcas de dientes, mi nombre y todo. Trago mi propio nombre y lo digo en alto con voz de otra, y tú lo atrapas en tus oídos y te hundes en la tierra. Tu cuerpo se disuelve en raíces tiernas y barro. Y dices Qué te enseña esto, con la boca llena de bichos, y respondo Nada en absoluto, y empiezo a aguantar la respiración.
TE FUNDIRÁS CONMIGO
Quiero volverme agujero negro y que tú te vuelvas agujero negro y quiero que los dos juguemos a este juego por el resto de la eternidad y atrapemos y atrapemos y atrapemos todo a nuestro alrededor y hagamos bromas sobre si tú te fundirás conmigo o yo me fundiré contigo, pero al final no importará porque lo natural es que dos agujeros negros en relativa proximidad se fundan el uno con el otro para volverse un agujero negro supermasivo con millones de masas solares. Ohhhh y juntaremos y alimentaremos las toneladas métricas de luminosidad como a hijos nuestros, ellos —nuestros bebés, ellos— nuestro futuro, y uno a uno los destruiremos porque no serán más que fallidos cúmulos estelares dependientes, y nosotros nada más que viejas estrellas muertas, pero recuerda cuando nos fundimos y que solo es un juego y ohhhh el universo joven debe haber sido algo hermoso.
--- Sarah Jean Alexander vive y escribe en Brooklyn. Estos tres poemas pertenecen a su primer libro, "Wild Lives" (Big Lucks Books, 2015).
Oscar Garcia Sierra la ha traducido también en su blog:
http://oscargsierra.tumblr.com/tagged/sarah-jean-alexander
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