miércoles, 18 de febrero de 2015

A LAS COLINAS, un poema de Sepideh Jodeyri

 La poeta y traductora irani Sepideh Jodeyri ha recibido amenazas en su país, donde la homosexualidad es un crimen que se castiga con la muerte. Básicamente, por traducir al persa el cómic "El azul es un color cálido", de la francesa Julie Maroh, que cuenta la historia de amor entre dos mujeres. Traduzco uno de sus poemas:



A LAS COLINAS



a todos mis compatriotas en el exilio



Quizás fue mi vida apenas

La que quedó en suspenso

De tus ojos enrojecidos



¡Corre, oh luz de mi cuerpo, corre!



Quizás fue solo mi negra percepción

Como quien se siente culpable

Detrás de una puerta.



¡Debería arrasar con todo      del cementerio de Al-Baqi al de Xaravan

Y huir a las colinas!

¡Debería llevar conmigo        las pequeñas canciones del alma

Y huir a las colinas!

¡Debería adoptar                    el nombre a la moda de Teheran

Y huir a las colinas!



¡Corre, oh luz de mi cuerpo, corre!



Una y otra vez grito

Apreso tus oídos una y otra vez

Y grito...



            ¡El mundo es mi pecado, oh manchas sin sentido!

            ¡El mundo es mi pecado, oh risa sin cuento!

            Y yo soy

            Un grito.



¡Debería llevarme      esos ridículos pecados

Y huir a las colinas!



Doce, nuestra cuenta es de doce

El cruel maquillaje de mi rostro           que se ríe de la tierra: ¡es doce!

Y de la grieta que abrí en mi cuerpo    fluyen mil huertos en flor

¡Oh fuentes dormidas! ¡Corred, corred sobre mi cabeza; es doce!



¡Corre, oh luz de mi cuerpo, corre!



¡Oh los carámbanos que cuelgan!

¡Oh las fracturas de mi cabeza!



Os repetís

Como se repite la rotación de la tierra

Que se prolonga / de sol a sol.



¡Y el aire

Que se ha encaprichado y

Viene a comerme!



¡Oh Egipto!

¡Oh día superlativo de las mujeres!

¡El rostro que tú revelas

Nunca nunca

Ensombrecerá

Mis ojos!



Y la luz

Se ha enterrado en

todos los superlativos.

¡Debería atrapar un poema, el pan y la sangre / y huir a las colinas!



El ranginak que horneamos era más colorido que nuestra sangre

¡Y el amor

Al posarse sobre mi cabeza

Cayó y

Se rompió!



¡Maldita la tumba de mi padre!

¡Que todo lo que tengo es de su propiedad!

¡Debería capturar esas tumbas medio-vivas / y huir a las colinas!



Y lo que queda de todo

Y lo que queda de todo

Y lo que queda de todo

Y el cielo que gira y gira hasta quedarse negro

Como los días que no pasarán sobre mi cabeza

Como las aguas que sometidas a presión

Son las aguas más áridas del mundo

Como yo

Que no soy mujer alguna

Que no soy color alguno

Que no soy alma alguna

Sino una sombra

Que lo deja todo

Y se va


 -- un poema de Sepideh Joeyri
 -- traducción de José María Martínez, 2015 (a partir de la versión inglesa de la profesora Fereshteh Vaziri Nasab, revisada por la autora)

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