jueves, 15 de agosto de 2024

DE CABEZA

 

 

Nada sucede realmente fuera de tu cabeza.

Para eso no la saques. Está mejor guardada.

Un melón en equilibrio sobre los hombros.

Aunque es posible que explote si pones empeño.

Situarse en la trayectoria de una porra lo pone fácil.

No es tan descabellado aunque uses protección.

Hay lugares donde partir melones es lo más común.

Hay lugares en el mundo donde no puedes esconder la cabeza bajo el ala.

Andas por la calle basculando el melón y alguien te lo raja de un golpe.

En Ucrania hay que agacharse porque las balas te vuelan la cabeza.

El mundo de afuera es tan letal en esos lugares que parece mentira.

No te cabe en la cabeza. La tienes en otra cosa.

Conservas el coco refrigerado. Bien lejos del Congo.

El coco tiene una cáscara aparentemente dura.

Alguien con un machete lo abre y sanseacabó.

Aquí igual resbalas a lo tonto y te lo cargas.

Aunque la tendencia es que estas cosas no sucedan.

En Irán suceden cosas que ni se te pasarían por la cabeza.

Son injusticias ajenas. Tú la tienes bien puesta.

Aquí no es tan complicado. Tú estás bien de la olla.

Pero igual te colocas el casco por si caso.  Por si caes, más que nada.

Aquí no hay balas silbando. Aquí las cabezas van a su bola.

Lo de Venezuela no te afecta mientras no toquen la tuya.

En Venezuela abundan los disparos pero a ti te rebotan.

Pero ten cuidado si vas allí  y te alcanza una bala perdida.

En Ucrania te revienta el melón una bomba como si nada.

Mejor no levantar el cuello en las cunetas del Congo.

En Irán te cuelgan de una soga si no cubres tu cabeza.

Aquí no vas a exponerte y perderte o perderla.

A ti te gusta llamarle el melón o la melona.

Te suena mejor el coco o quizás prefieres cocorota.

En este mundo loco de dentro y afuera.

 

--un poema de Tive Martínez, 2024

lunes, 3 de junio de 2024

DOCUMENTAL (un poema)



En el césped sintético
donde los adolescentes hacen botellón
tropiezo con una tórtola muy quieta
como sentada sobre la capa
de plástico que finge ser hierba.

Lo normal es que se espante ella
pero me espanto yo porque está demasiado tiesa
con el cuello rígido, las alas dobladas
las plumas perfectas, entre colillas y latas
de bebidas energéticas.

Es una tórtola, quizás la que anida
en la palmera del solar vecino.

No es una paloma andrajosa de ciudad
llena de pulgas, pero no se mueve
ni un milímetro.

¿Está muerta?
Una hilera de hormigas rojas le pasa por delante.
Ni ella las mira ni las hormigas
la tienen en cuenta.
Le tiro un puñado de gravilla
que resbala por su lomo y hace sonar
una lata.

Ella ni se inmuta.
Lo que da más miedo son su ojos,
negros, abiertos, redondos
que no pestañean.

¿Las tórtolas vivas pestañean?
No tengo ni idea.
Se me ocurre buscar un palo
y darle la vuelta.

Lo cierto es que me horroriza
ver lo que haya
debajo.

Las hormigas van a lo suyo
atiborrándose de azúcares.
Yo solo he salido a tirar la basura
así que me vuelvo a los contenedores
y entonces escucho un aleteo.

Una segunda tórtola
se ha abalanzado sobre la primera.
Me quedo helado cuando veo
que le está dando golpes
picotazos en el cuello
en la cabeza, en los ojos.

Por un momento pienso
que está desesperada.

Pienso en dos tortolitos
dos tórtolas enamoradas.
Me parece estar asistiendo
a un melodrama.

¿Pero qué se yo de tórtolas?
No sé nada. Las veo volar
creo reconocer su canto y pienso que sé
distinguirlas de las palomas
porque tengo cultura.

Nada que ver con los adolescentes
que fuman y se cortejan en el jardincillo
de césped artificial, pisoteando
bolsas de snacks y kebabs
medio devorados.

La tórtola no estaba muerta.
Con la cola en abanico
le muestra el culo a su pareja.

Ahora están haciendo un baile o algo
arrastrando las alas
arrasando los vasos de plástico
las pieles de pipas.

Han deshecho la columna
de ordenadas
hormigas.

Por respeto o por vergüenza
me marcho antes de que esto
acabe siendo el National
Geographic.

Yo solo he salido a tirar
la basura.

 

- un poema de Tive Martínez, 2024

jueves, 11 de abril de 2024

Lo Odio (poema)



Odio toser  Odio estornudar

Odio sudar

Odio beber  Odio mear


Lo que más  Odio  es comer

Odio cagar



un poema de Tive Martínez, 2024 

viernes, 16 de febrero de 2024

LOS JUSTOS Y LOS CREYENTES (poema)


"Me quiero asegurar que mi sombrero está bien roto
y que los rayos pueden entrar en mi cabeza" (Veneno)



Los justos y los creyentes son de ir
cubiertos, les gustan mucho los gorros
las capuchas, los sombreros
les gusta ir coronados
se lían al cuello unos trapos
muy ostentosos con los que se tapan
las vergüenzas los unos a los otros
los unos por encima de los otros.

Para tener la certeza absoluta
hay que tapar cualquier orificio
para que no se cuelen los demonios
de la duda, y eso permite hacer justicia
apretar el gatillo, accionar
los resortes de la guillotina
y creérselo todo, creerse el todo
y hacérselo creer a los otros.



-un poema de Tive Martínez, 2024

viernes, 17 de noviembre de 2023

Túneles (poema)


Debajo de mi casa corría un túnel.
Lo supe un día al tirar de la cadena —alguien se quejó abajo, me pidió que fuera a cagar a otro sitio.
Parece ser que les caía todo el mondongo en la cabeza.
Desde aquello hice mis necesidades en un cubo.
También me dijeron que me duchara con agua fría —que el agua caliente les quemaba la cara.

Un día salió alguien de abajo por un armario.
Me hizo un gesto de silencio y se encendió un cigarro — si fumaban abajo, el túnel se les llenaba de humo.
Se pilló unos cereales y hojeó mis cómics —creo que abajo no les dejaban tener más que libros sin ilustraciones.
Antes de volver al túnel sacó unos cables y una antena para coger la señal del fútbol.

Si lo piensas, es un poco incómodo tener un túnel debajo de tu casa. 
Comencé a andar de puntillas, con miedo de que una canica molestará a los de abajo — pero también es verdad que te acostumbras.
Los de abajo son muy discretos. 
En principio son personas como las de arriba, solo que no puedo asegurarlo —nunca fui allá abajo. 

Una noche soñé que bajaba y era un sitio muy normal .
No había arañas ni ratas —pero no tenían cereales ni cómics.
Se estaba tranquilo menos cuando te caía la caca de los vecinos encima —hay gente que no tiene cuidado.

Todo se acabó de repente cuando chocaron con algo duro y no pudieron continuar el túnel.
Entonces los de abajo se pusieron nerviosos, cavaron por sitios equivocados —y ahí empezó el colapso.
Muchos salieron por los armarios, otros por los wáteres.
Todos tosiendo y con el pelo lleno de tierra —me llamó la atención que algunos salían fumando.

En fin, el vecindario se vino abajo con los túneles.
Todas las calles, las casas, el parque.
Yo traté de salvar los cómics entre los escombros.
Los supervivientes nos miramos raro —como si la mayoría no supiera que vivíamos con ese queso de túneles con personas debajo.


—un poema de Tive Martínez, 2023
—ilustración de PantheraLeo1359531 licencia Creative Commons


jueves, 2 de noviembre de 2023

En mi pelo negro flores de granado, por Sanaz Davoodzadeh Far

 

en mi pelo negro

flores de granado


este otoño huele a primavera


.


esta vez la libertad

de mi pelo

se alzará


viento!

agita mi pelo!


bala!

esta vez

mi cuerpo no tiene límites para ti


dispara!

dispara!

mi pelo ondea al viento

y te sofocará


bala!

balas!

llevamos el miedo

en nuestras heridas


hemos enterrado

la libertad


beso tus labios


.


en mi mirada

un ciervo


la paz

cruzará un paso lleno de minas


quizás la explosión

será el final de todas las guerras



-un poema de Sanaz Davoodzadeh Far, 2023

publicado originalmente en el número 22 de la revista Humanity (Rusia)

- traducción de Tive Martínez

jueves, 3 de noviembre de 2022

POEMA SOÑADO

 


Quem vem vindo ali / tá capengando numa perna só

Só pode ser coisa ruim / como bem já dizia minha vó

(Paulo César Pinheiro)


Nuestra casa, tan pobre que entran las hojas secas, entran palitos, entran plumas, entran ratones, entra
el remolino.

Una noche entró una pierna, toda larga y musculosapierna bonita articulada, pierna ágil de hombre
araña.

Saltó sobre la mesa de la cena y caminó entre los platos con huevo frito y patatas fritas, pisó las migas
del pan duro.

Sobre la punta del dedo gordo, hizo piruetas, se miró en el reflejo del agua de los vasos, bailó una jota, nos hizo
risas.

Los mayores no querían una pierna encima de la mesa, no querían que bailara, la querían fuera.

Y ya no volvió a entrar la magia por el roto de la puerta. ¡Que no estaba sucia, que era alegre, jotera
y limpia!

Pero la puerta sigue 
rota.


—soñado por Tive Martínez en la madrugada del Día del Sací, 2022


DE CABEZA

    Nada sucede realmente fuera de tu cabeza. Para eso no la saques. Está mejor guardada. Un melón en equilibrio sobre los hombros. ...